viernes, 12 de agosto de 2011

José Tomás toma El Bibio

La plaza de Gijón colgó el cartel de ‘No hay billetes’ para recibir a un torero misterioso, que acumula fanáticos de su figura
 
El diestro José Tomás, ayer, observa al astado antes de saltar al ruedo de El Bibio. Armando álvarez
13/08/2011 00:00 /
El misterio llama a la curiosidad. Y José Tomás llena las plazas con su figura recortada, su aire a Manolete, su gran toreo -a juicio de los taurinos- y esa sombra oscura que rodea toda su vida personal. Poco se sabe de él, excepto que congrega a las masas, y colecciona seguidores. Ayer, la plaza de toros de El Bibio se engalanó y se cubrió hasta la bandera para ver al de Galapagar.
“Es el tío que más vergüenza tiene, con más casta, y el que más se expone ante un toro”, advirtió Joaquín de los Reyes, un aficionado de Toledo, que por motivos de trabajo recaló en Gijón. “Si puedo no me pierdo ni una corrida de José Tomás, fijo que va triunfar”.
El diestro cortó una oreja, no salió por la puerta grande (a pesar de la pañolada blanca) pero hizo disfrutar al público. Desde el palco del ayuntamiento, vieron los capotazos del matador, la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, que ejerció de anfitriona a María Porto, la esposa de Francisco Álvarez-Cascos, sentada a su lado durante toda la faena. La alcaldesa, con un vestido estampado a flores blanco y rojo, no dejó de charlar animadamente con Porto, ataviada con una falda negra de lunares blancos y chaqueta negra.
Al lado de Moriyón, ocupó sitio el presidente del Principado, con camisa y pantalón verde pistacho y un jersey rojo a los hombros. Junto a él, el consejero de Economía, José Manuel Rivero, con traje y corbata. En la plaza, el de Galapagar, de verde y oro, levantó olés en una bancada con abanicos, en una tarde soleada.
Vestida para la ocasión A la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ni el destrozo en la chapa de su coche, tras el accidente, le hizo perderse una tarde de toros. Y menos cuándo se trata de José Tomás.
Aguirre, vestida de traje pantalón negro y camisa pistacho, llevaba un bolso taurino muy apropiado para la ocación: un pequeño capote. Y para más combinación, la presidenta acompañó su atuendo con un abanico pistacho. Llegó a plaza de El Bibio, acompañada de su marido, y entró por la Puerta Grande. En su mismo palco, disfrutó de la corrida el actual presidente de Bankia, y el que fuera ministro de Economía, Rodrigo de Rato.
Además, Esperanza Aguirre tuvo tiempo de saludar a su gran amigo Francisco Álvarez-Cascos antes de tomar asiento en su palco. Entre toro y toro, de gran tonelaje, y capotadas de José Tomás, se dejaron ver los jugadores del Sporting De las Cuevas, Acebal, y Nacho Novo, entre otros. Y es que ayer no faltó nadie. El cartel de No hay billetes hacía una semana que se había colgado, y en la calle una muchedumbre sin pase esperaba a que el diestro saliera a hombros.
No pudo ser, se le escapó la segunda oreja del cuarto de la tarde. La directora de la Fundación Príncipe de Asturias, Teresa Sanjurjo, también ocupó un palco de una conocida cadena radiofónica, junto al director de Gijón del ente de comunicación.
Aunque el ambiente taurino ya se dejó sentir unas horas antes de la corrida con la afluencia de público en las terrazas aledañas a El Bibio. “Venimos a ver si se lleva alguna cornada”, bromeó Javier Santos con tres entradas en la mano. “Hace un día espléndido e invita a venir a ver los toros”, añadió el joven.
Abanicos, sombreros, pulseras, pipas, refrescos... toda venta era escasa para una tarde con más de 23º grados de temperatura. “Estos días vendemos mucho más, y con la plaza llena imagínate”, aseguró una de las vendedoras de los puestos ambulantes. Ya dentro, la venta de refrescos era continuada.
Concentración antitaurina Pero ni la expectación que levanta el de Galapagar, ni sus gestos reflexivos evitaron una concentración antitaurina a las puertas de El Bibio, organizada por la asociación Anadel y Pacma. “Dicen que nos encierran por nuestra seguridad, pero es represión”, denunció una de las activistas ante el trato de la Policía Nacional, quien los relegó a situarse detrás de una valla.
Vestidos de negro y portando cruces fúnebres los manifestantes corearon consignas como “El arte no es tortura” o “Sois una vergüenza”. A cambio, recibieron abucheos e incluso algunos insultos. Ante el grito de “¡Viva los toros!” de un aficionado taurino, los activistas respondieron “Sí, pero vivos”. La cosa no llegó a más y regresaron a toriles.
Ni la concentración antitaurina, ni calor, ni lo que algunos consideran “extrema rigidez” del presidente al no conceder la segunda oreja, empañaron una tarde de toros. Y de José Tomás.
FUENTE: http://www.lavozdeasturias.es/

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