Ignacio Rubio | Ciudad Real - 19-08-11
Señores vengan a los toros a un coso desconocido en el tiempo desde la época del Calatraveño y Manuel Benítez El Cordobés. Un coso que lucia esplendoroso con gentes venidas de cualquier punto de la geografía española. La cosa no era otra que el Ciclón José Tomas. Había que estar y así fue, tras el desafortunado primero al fracturase el animal la pata trasera izquierda, en el segundo lance la cosa pareció que venía mal y apareció el de Galapagar.
Los silencios con los oles a la verónica al paso y al centro del platillo auguraban esperanzas ante un torito que ni asustaba ni se comía a nadie, que iba y venía al son de un torero que lo entendió y lo sometió lo justo, sin aspavientos ni excesivas ceñiduras. Toreo a secas pero de mando. Lo mejor dos series al natural muy templadas. El fallo a espadas dejo la cosa en oreja y el respeto del público. Fue una pena pero faltó toro.
Su segundo fue un marmolillo melocotón sin raza que se rajó pronto. El de Galapagar bastante tuvo con andar en la cara y aguantar los tornillazos más que las nulas embestidas. Otra vez el falló a espadas y una ovación desde el tercio fue el premio para José Tomás.
Víctor Puerto abría cartel lesionado, con gente a favor y otros en contra al saber de su falta de facultades físicas evidentes. No tuvo suerte su primero al que lanceó a la verónica por toda la plaza por lo abanto del bicho. Pero el animal se fracturó una pata en el segundo lance de comienzo de faena y tuvo que ser apuntillado en el ruedo ante las protestas injustificadas del respetable.
Su segundo, manso y rajado, se fue a tablas tras la segunda serie y allí Víctor, en redondo, consiguió algún pasaje lucido para excederse en ese trasteo y aburrir a parte del público. Mató a la primera saliendo con la herida abierta.
Cesar Jiménez fue el triunfador de la tarde con un derroche de valor ante dos enemigos que a la postre fueron los mejores. Dejó sello de figura el madrileño. Por quietud, temple y ganas. Plantó sus pies firmemente, embarco bien y dio los tiempos. Corrió la tela con prontitud y largura, busco el pitón contario siempre con la figura compuesta. En definitiva dos faenas de corte parecido y una oreja de cada toro para salir a hombros de coso de Ciudad Real mientras Víctor Puerto y José Tomas lo hacían a pie.
FUENTE: www.cope.es/toros
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