martes, 30 de agosto de 2011

Curro Díaz y José Tomás brillan ante un difícil encierro de Las Ramblas

Enrique Alonso/Linares

Curro Díaz y José Tomás dieron una gran tarde de toros. Hicieron que no se cumpliera el tópico 'tarde de expectación, tarde de decepción', pese a que el ganado de Las Ramblas, que salió manso y descastado, intentó echarlo todo a perder. Era el día de José Tomás en Linares y, al final, Curro Díaz tomó,
en solitario, el camino de la puerta grande, pese a que estuvo apunto de emprender el de la enfermería. Juan José Padilla recibió al primero con una larga cambiada de rodillas, en la que estuvo cerca de ser prendido. El animal tenía una embestida muy incierta y se quedaba corto por el pitón derecho. No estuvo demasiado fino el torero jerezano con las banderillas. Se tapó en los dos primeros pares, pero el que intentó con la suerte del violín acabó en el suelo. Empezó la faena con la mano en el estribo con unas series a media altura. En cambio, los muletazos llegaban de uno en uno y no hubo transmisión. Lo mató de pinchazo y estocada. En el cuarto, hubo mucha entrega. Juan José Padilla lo recibió con un quite variado con verónicas y chicuelinas. Luego, dio unos faroles antes de clavar las banderillas. Esta vez sí que bordó el tercio. Comenzó la faena de rodillas con un trasteo por ambos pitones. Siempre lo llevó a media altura y se centró en la mano diestra. Lo mató de una estocada y cortó una oreja.
José Tomás se llevó el peor lote de Las Ramblas. Encontró dos toros descastados y con mucha querencia a tablas, aunque volvió a dejar pasajes que estremecieron a los espectadores, que llegaban desde diversos puntos de España. En su primero firmó cinco verónicas apretadas en los medios, que destacaron por el temple y las manos bajas. Luego, con la muleta, clavó la planta en la arena y no la movió en los primeros compases. El toro iba de un lado a otro rozándole la taleguilla al torero. Después, le dio cuatro manoletinas tremendas. Solo le faltó empujarle con la barriga a los pitones del toro. Pasaba tan cerca que aterrorizaba a muchos espectadores. Sin embargo, lo mató mal y perdió cualquier opción de trofeo. El quinto tampoco fue sencillo. Tenía una querencia a tablas terrible propia de su mansedumbre. José Tomás no pudo hacer nada con el capote. En cambio, el diestro estuvo hábil. Se lo sacó a los medios y ahí el toro colaboró algo más. Dio dos buenas series en redondo en las que lo llevó largo, templado y cargó la suerte en su cintura. Hizo bellos cambios de manos pasándose los cuernos por los tobillos y, cuando el toro no aguantó más en el centro de la plaza, acabó por bajó en las tablas. Para terminar, otra vez la emoción en los tendidos. José Tomás dio cuatro estatuarios que eran carteles de toros. Lo mató y cortó una oreja.
Curro Díaz fue, sin duda, el triunfador de la tarde. El primero de su lote anduvo muy parado, por lo que poco se pudo ver con el capote. En cambio, levantó al público de los tendidos con la muleta. Dio dos series con la derecha de un gusto exquisito. Luego, se relajó tanto en los derechazos que parecía que, de un momento a otro, se iba a desmayar sobre la arena. Era como si su cuerpo también pesara 500 kilos. Aguantó miradas y parones de un toro que no fue sencillo y tan valiente estuvo que el toro lo cogió. Lo agarró primero de la chaquetilla y, después, le levantó los pies del suelo hasta en dos ocasiones prendido de las piernas. También lo intentó coger del pecho cuando estaba en el suelo. Y fue un milagro porque no le pasó nada. Quizá el capote que más le valió fue el que le echaron desde el cielo. Se levantó dio otras dos series de bella estampa y le perpetró una estocada fulminante. El toro cayó en segundos. Cortó dos orejas.
Por contra, el sexto ofreció pocas opciones. Fue muy parecido al primero de José Tomás. El animal se mostró muy parado, soso y tremendamente deslucido. Curro Díaz realizó un inicio de faena muy templado con la muleta a media altura. Volvió a aguantar parones, pero la faena no tomó vuelo. Escuchó palmas. Sin duda, fue su tarde, pese a que no la pudo redondear en el sexto. Al final, salió a hombros de la plaza de toros, que estuvo repleta de público que realizaba unos silencios estremecedores.


PLAZA DE TOROS DE LINARES

Ganado: Se lidiaron seis toros de la ganadería de Las Ramblas. Tuvieron una excelente presentación, aunque no dieron buen juego. Fueron mansos y descastados.
Toreros: Juan José Padilla, palmas y una oreja
José Tomás, silencio y una oreja.
Curro Díaz, dos orejas y silencio.
Incidencias: Se llenó la plaza en la segunda corrida de abono de la Feria de San Agustín. Saludó Montoliú después de banderillear al tercero. Destacó el puyazo de Vicente González al segundo de la tarde. La empresa confirmó durante la corrida que ha recibido el parte médico que acredita que Alejandro Talavante no estará hoy en Linares por su lesión de clavícula. A última hora de la noche, barajaba los nombres de Curro Díaz y Daniel Luque para la sustitución.


El fenómeno José Tomás
José Tomás mueve multitudes. Es un auténtico fenómeno. El coso de Santa Margarita colgó el cartel de “no hay localidades” en la que fue la sexta corrida de las nueve que el diestro toreará esta temporada en España. Una auténtica marea humana inundó bares, cafeterías y pubs de las inmediaciones de la plaza de toros. Incluso, hubo un dispositivo especial de Policía Local para aliviar los atascos. Los hoteles no tenían habitaciones desde hacía meses e, incluso, algunos ofrecían un lote vacacional de tres noches, que era la única manera de asegurarse una cama el día en el que José Tomás toreaba en Linares. En el propio Paseo de Linarejos se podían encontrar carteles en los que se ponían a la venta bolígrafos o carteles taurinos de esta feria por 400 euros que, además, llevaban “de regalo” localidades.
Cuando empezó el festejo, muchos llegaron tarde. A algunos se les veía que entraban apurados porque se habían entretenido, pero otros sufrieron retraso y se perdieron parte del primer toro porque estuvieron negociando, hasta última hora, el precio de la entrada. Cuanto más cercana estaba la corrida, menos valía la localidad. No obstante, se pagaron cifras muy elevadas.
Solo la Confederación de Empresarios de Huelva se ha atrevido a poner cifras a lo que representa una corrida de José Tomás para la economía de la ciudad en la que torea. Los emprendedores onubenses, que cuentan con un coso taurino con un aforo muy similar al de Linares, estimaron que el festejo del pasado 3 de agosto supuso unos ingresos de 1,5 millones de euros para la economía de la ciudad que se plasma, sobre todo, en hoteles, bares, restaurantes, pubs, aparcamientos y gasolineras. Sin embargo, José Tomás es capaz de mover a multitudes, pero el ambiente que envolvió al torero en Linares fue bien distinto al que genera en la plaza. El diestro de Galapagar se mueve entre la más absoluta privacidad con un equipo de profesionales que busca el anonimato. Los banderilleros y su apoderado llegaron a la plaza de toros para el sorteo de las reses en una furgoneta totalmente anónima o, dicho de otro modo, sin que tuviera el nombre del torero pintado en su chapa, como es tradición en los toreros. Luego, el diestro de Galapagar estuvo alojado en un hotel cuyo nombre se guardó con celo para favorecer un ambiente de la máxima tranquilidad. En cambio, Linares hervía de ganas por verlo. Se propagó el rumor de que estaba alojado en Bailén, pese a que se vistió en un hotel de la linarense calle Santiago. Llegó a la plaza de toros con la cabeza baja y, tal y como es tradición en el diestro, no pasó por la capilla. Se colocó en el patio de caballos y espero el inicio del festejo. Antes, cientos de personas lo vieron pasar con su furgoneta desde las aceras como si fuera un procesión. Es el fenómeno José Tomás.

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