martes, 30 de agosto de 2011

Agotadas en tres horas las entradas para la corrida de toros de José Tomás

4.000 localidades se vendieron ayer en taquilla, 1.000 más por Internet y otras 5.000 son de abonos

30.08.11 - 00:23 -
«Llevo en la cola desde el domingo por la noche» fue la frase más repetida ayer por la mañana en el entorno de la plaza de toros y, concretamente, en la calle Peral, que se convirtió en un hervidero de gente a eso de las 10:00 horas, cuando las taquillas se abrieron para vender las localidades de las ocho tardes taurinas de la Feria 2011. La mayoría llevaban, al menos, seis horas allí, aunque desde las dos de la tarde del domingo se podían ver aficionados merodeando por la plaza y frecuentando las terrazas de los bares que rodean el Edificio Plaza de Toros.
Nadie puede negar que José Tomás es la estrella del cartel. Prueba de ello es que tanto jóvenes como mayores se agolpaban ayer ante las ventanillas del coso vallisoletano en busca de entradas para su espectáculo, que se agotaron en tan solo tres horas. Ayer se vendieron las 5.000 entradas que no fueron adquiridas por los abonados, 4.000 en taquilla y el resto a través de Internet y de la reserva telefónica. Antiguamente, se solía reservar un 5% de las entradas para el día de la corrida, pero hace años se suprimió este artículo del reglamento, por lo que ya no hay entradas disponibles para ver al diestro madrileño, que costaban entre 15 y 215 euros.
Uno de los más jóvenes de la fila y de los primeros en conseguir entrada, Diego, recuerda cuando era niño y su padre le llevaba a ver las corridas. «Este año he decidido abonarme y hoy he venido a comprar una entrada para un amigo. Para el día 8, por supuesto». Pero, ¿qué tiene de especial el monstruo de Galapagar? «José Tomás es el mejor, frente al toro se pone donde no se pone nadie», comenta este veinteañero, para quien «también son buenos carteles los de los días 7 y 9, con El Juli y Enrique Ponce». «La empresa se ha portado muy bien este año», añade.
María, una habitual de la Feria de Nuestra Señora de San Lorenzo y fan incondicional del diestro, opina: «José Tomás tiene un estilo muy pulido, más auténtico que los demás». Roberto, que se colocó en la fila de la taquilla tan solo una hora antes de que abriera, asegura: «Solo vengo a la Feria por él, que es el mejor, el que más arriesga». Sus agallas en el ruedo, su maestría e, incluso, un poco de morbo por parte de su público son los ingredientes que ha mezclado el fenómeno José Tomás para llenar la plaza con 10.000 aficionados vallisoletanos.
Una de las primeras en conseguir entrada, que no ha querido dar su nombre, confesaba que había pasado una noche difícil ante las taquillas para conseguir un regalo para su padre. «Lo he pasado muy mal, había gente que estaba aquí para comprar entradas para la reventa e, incluso, nos han amenazado», cuenta. Afortunadamente, no se han tenido que lamentar incidentes y la lucha por las entradas no ha ido más allá de algunos empujones y enfrentamientos verbales.
Sin embargo, no todos los que hicieron noche al lado de las taquillas buscaban ver a José Tomás, ya que el resto de las corridas tienen por protagonistas a grandes profesionales del toreo. El presidente y algunos miembros de la peña El Juli esperaban conseguir las mejores localidades para ellos y el resto de la agrupación para ver a quien califican como «el más grande». Josefina prefiere ver la corrida del día 7, en la que saltará al ruedo su favorito, Enrique Ponce. «No sé qué tiene, pero para mí es el mejor». María, por su parte, señala la profesionalidad de uno de los vallisoletanos, Manolo Sánchez.
El bar El Ruedo, de la calle Peral, prevé duplicar su plantilla con la contratación de tres personas para la feria, o al menos para el día 8. «Esperamos gran afluencia de clientes», comentan sus dueños. Parece que toda la ciudad gana con José Tomás.

Se agotan en tres horas las entradas para José Tomas

Día 30/08/2011

Se agotan en tres horas las entradas para José Tomas

La expectación para la corrida del próximo 8 de septiembre en Valladolid es máxima. José Tomás hará su único paseíllo en Castilla y León y las entradas sueltas para este festejo se agotaron ayer en apenas tres horas. Desde el domingo al mediodía había aficionados en los alrededores del coso y cuando se abrieron las taquillas ayer a las 10 de la mañana, cientos de aficionados hacían largas colas para conseguir un boleto. La empresa tiene reglamentariamente obligación de reservar el 5% del taquillaje para sacarlo a la venta el día del festejo, por tanto los aficionados todavía tienen opción de conseguir una entrada suelta en ese momento.
Como en todas las ferias —sólo nueve en España y Francia— donde actúa José Tomás se ha incrementado el número de abonados. En Valladolid se ha conseguido un 18% más que el año anterior, lejos del espectacular 400% de Ciudad Real o el 80 % de Huelva, donde su presencia impactó más en el abono al ser ferias más cortas.

Impacto económico

El fenómeno José Tomás ha trascendido ya a lo taurino y se convierte en un acontecimiento que convulsiona las ciudades donde torea. Según un reciente estudio de la Universidad de Extremadura la vuelta de José Tomás tiene un impacto económico en la ciudad que ronda los dos millones de euros y la convierte en lugar de peregrinaje de miles de aficionados de toda España.
Pero no es José Tomás el único atractivo de una buena feria en la que estarán presentes las figuras del momento además de los toreros locales,con especial relevancia de Manolo Sánchez en la despedida de sus paisanos.

Díaz triunfa, José Tomás llena

EFE 30/08/2011
Ganado: Toros de Las Ramblas, aceptablemente presentados, pero mansos y de poco juego. Sólo se movió bien por el pitón derecho el tercero.
Juan José Padilla: pinchazo y estocada (palmas); y estocada (oreja con petición de la segunda).
José Tomás: bajonazo, dos pinchazos y dos descabellos (palmas); y estocada ligeramente desprendida (oreja con petición de la segunda).
Curro Díaz: estocada baja (dos orejas); y dos pinchazos y estocada (palmas).
Plaza. Linares, tuvo lleno de "no hay billetes" en tarde espléndida.
Los partidarios de José Tomás solo ven por él. Ayer en Linares primaba la impaciencia por verle, en los alrededores de la plaza, antes de empezar la corrida, y no se diga cuando le tocaba torear en uno de sus dos toros. Todos los detalles de la tarde se centraban en el de Galapagar: el vestido rosa palo y oro que traía a la memoria a Manolete en el 64 aniversario de su muerte en este mismo lugar; el pasodoble que pondría fondo a sus faenas, naturalmente el que recuerda por su nombre al mito cordobés.
Partidarios a toda costa, algunos en la frontera del fanatismo, y solo así se explica que pretendieran devolver el quinto toro sencillamente por manso, instigando insistentemente al palco, que por supuesto no transigió.
Ya está dicho que todo giraba en torno a José Tomás. El mundo entero que había acudido a Linares andaba pegado a él de una manera y otra. Los más decepcionados criticaron lo que podría ser su desmesurado caché. En el otro extremo, los resignados, cuyo argumento era: JT, "el torero más barato porque no es lo que se lleva sino lo que trae".
Y volviendo al ruedo, lo que se puso de manifiesto es que el verdadero problema de Tomás esta temporada está siendo encontrar una ganadería acorde con lo que necesita. Lo de Núñez del Cuvillo le está pasando factura. Porque la realidad es que no le están embistiendo los toros.
Curro Díaz le hizo sombra al ídolo y el caso es que cortó las dos orejas y salió a hombros, mientras Tomás tuvo que conformarse con un trofeo del quinto por una faena compuestita en la que hubo un par de tandas al natural antes de que el toro se negara por completo. No sirvió ese ni ese toro quinto ni el anterior, mansos y deslucidos, consecuentemente pitados. Pero en el haber de Tomás hay que hacer notar los lances a la verónica en el recibo al segundo toro.

Curro Díaz y José Tomás brillan ante un difícil encierro de Las Ramblas

Enrique Alonso/Linares

Curro Díaz y José Tomás dieron una gran tarde de toros. Hicieron que no se cumpliera el tópico 'tarde de expectación, tarde de decepción', pese a que el ganado de Las Ramblas, que salió manso y descastado, intentó echarlo todo a perder. Era el día de José Tomás en Linares y, al final, Curro Díaz tomó,
en solitario, el camino de la puerta grande, pese a que estuvo apunto de emprender el de la enfermería. Juan José Padilla recibió al primero con una larga cambiada de rodillas, en la que estuvo cerca de ser prendido. El animal tenía una embestida muy incierta y se quedaba corto por el pitón derecho. No estuvo demasiado fino el torero jerezano con las banderillas. Se tapó en los dos primeros pares, pero el que intentó con la suerte del violín acabó en el suelo. Empezó la faena con la mano en el estribo con unas series a media altura. En cambio, los muletazos llegaban de uno en uno y no hubo transmisión. Lo mató de pinchazo y estocada. En el cuarto, hubo mucha entrega. Juan José Padilla lo recibió con un quite variado con verónicas y chicuelinas. Luego, dio unos faroles antes de clavar las banderillas. Esta vez sí que bordó el tercio. Comenzó la faena de rodillas con un trasteo por ambos pitones. Siempre lo llevó a media altura y se centró en la mano diestra. Lo mató de una estocada y cortó una oreja.
José Tomás se llevó el peor lote de Las Ramblas. Encontró dos toros descastados y con mucha querencia a tablas, aunque volvió a dejar pasajes que estremecieron a los espectadores, que llegaban desde diversos puntos de España. En su primero firmó cinco verónicas apretadas en los medios, que destacaron por el temple y las manos bajas. Luego, con la muleta, clavó la planta en la arena y no la movió en los primeros compases. El toro iba de un lado a otro rozándole la taleguilla al torero. Después, le dio cuatro manoletinas tremendas. Solo le faltó empujarle con la barriga a los pitones del toro. Pasaba tan cerca que aterrorizaba a muchos espectadores. Sin embargo, lo mató mal y perdió cualquier opción de trofeo. El quinto tampoco fue sencillo. Tenía una querencia a tablas terrible propia de su mansedumbre. José Tomás no pudo hacer nada con el capote. En cambio, el diestro estuvo hábil. Se lo sacó a los medios y ahí el toro colaboró algo más. Dio dos buenas series en redondo en las que lo llevó largo, templado y cargó la suerte en su cintura. Hizo bellos cambios de manos pasándose los cuernos por los tobillos y, cuando el toro no aguantó más en el centro de la plaza, acabó por bajó en las tablas. Para terminar, otra vez la emoción en los tendidos. José Tomás dio cuatro estatuarios que eran carteles de toros. Lo mató y cortó una oreja.
Curro Díaz fue, sin duda, el triunfador de la tarde. El primero de su lote anduvo muy parado, por lo que poco se pudo ver con el capote. En cambio, levantó al público de los tendidos con la muleta. Dio dos series con la derecha de un gusto exquisito. Luego, se relajó tanto en los derechazos que parecía que, de un momento a otro, se iba a desmayar sobre la arena. Era como si su cuerpo también pesara 500 kilos. Aguantó miradas y parones de un toro que no fue sencillo y tan valiente estuvo que el toro lo cogió. Lo agarró primero de la chaquetilla y, después, le levantó los pies del suelo hasta en dos ocasiones prendido de las piernas. También lo intentó coger del pecho cuando estaba en el suelo. Y fue un milagro porque no le pasó nada. Quizá el capote que más le valió fue el que le echaron desde el cielo. Se levantó dio otras dos series de bella estampa y le perpetró una estocada fulminante. El toro cayó en segundos. Cortó dos orejas.
Por contra, el sexto ofreció pocas opciones. Fue muy parecido al primero de José Tomás. El animal se mostró muy parado, soso y tremendamente deslucido. Curro Díaz realizó un inicio de faena muy templado con la muleta a media altura. Volvió a aguantar parones, pero la faena no tomó vuelo. Escuchó palmas. Sin duda, fue su tarde, pese a que no la pudo redondear en el sexto. Al final, salió a hombros de la plaza de toros, que estuvo repleta de público que realizaba unos silencios estremecedores.


PLAZA DE TOROS DE LINARES

Ganado: Se lidiaron seis toros de la ganadería de Las Ramblas. Tuvieron una excelente presentación, aunque no dieron buen juego. Fueron mansos y descastados.
Toreros: Juan José Padilla, palmas y una oreja
José Tomás, silencio y una oreja.
Curro Díaz, dos orejas y silencio.
Incidencias: Se llenó la plaza en la segunda corrida de abono de la Feria de San Agustín. Saludó Montoliú después de banderillear al tercero. Destacó el puyazo de Vicente González al segundo de la tarde. La empresa confirmó durante la corrida que ha recibido el parte médico que acredita que Alejandro Talavante no estará hoy en Linares por su lesión de clavícula. A última hora de la noche, barajaba los nombres de Curro Díaz y Daniel Luque para la sustitución.


El fenómeno José Tomás
José Tomás mueve multitudes. Es un auténtico fenómeno. El coso de Santa Margarita colgó el cartel de “no hay localidades” en la que fue la sexta corrida de las nueve que el diestro toreará esta temporada en España. Una auténtica marea humana inundó bares, cafeterías y pubs de las inmediaciones de la plaza de toros. Incluso, hubo un dispositivo especial de Policía Local para aliviar los atascos. Los hoteles no tenían habitaciones desde hacía meses e, incluso, algunos ofrecían un lote vacacional de tres noches, que era la única manera de asegurarse una cama el día en el que José Tomás toreaba en Linares. En el propio Paseo de Linarejos se podían encontrar carteles en los que se ponían a la venta bolígrafos o carteles taurinos de esta feria por 400 euros que, además, llevaban “de regalo” localidades.
Cuando empezó el festejo, muchos llegaron tarde. A algunos se les veía que entraban apurados porque se habían entretenido, pero otros sufrieron retraso y se perdieron parte del primer toro porque estuvieron negociando, hasta última hora, el precio de la entrada. Cuanto más cercana estaba la corrida, menos valía la localidad. No obstante, se pagaron cifras muy elevadas.
Solo la Confederación de Empresarios de Huelva se ha atrevido a poner cifras a lo que representa una corrida de José Tomás para la economía de la ciudad en la que torea. Los emprendedores onubenses, que cuentan con un coso taurino con un aforo muy similar al de Linares, estimaron que el festejo del pasado 3 de agosto supuso unos ingresos de 1,5 millones de euros para la economía de la ciudad que se plasma, sobre todo, en hoteles, bares, restaurantes, pubs, aparcamientos y gasolineras. Sin embargo, José Tomás es capaz de mover a multitudes, pero el ambiente que envolvió al torero en Linares fue bien distinto al que genera en la plaza. El diestro de Galapagar se mueve entre la más absoluta privacidad con un equipo de profesionales que busca el anonimato. Los banderilleros y su apoderado llegaron a la plaza de toros para el sorteo de las reses en una furgoneta totalmente anónima o, dicho de otro modo, sin que tuviera el nombre del torero pintado en su chapa, como es tradición en los toreros. Luego, el diestro de Galapagar estuvo alojado en un hotel cuyo nombre se guardó con celo para favorecer un ambiente de la máxima tranquilidad. En cambio, Linares hervía de ganas por verlo. Se propagó el rumor de que estaba alojado en Bailén, pese a que se vistió en un hotel de la linarense calle Santiago. Llegó a la plaza de toros con la cabeza baja y, tal y como es tradición en el diestro, no pasó por la capilla. Se colocó en el patio de caballos y espero el inicio del festejo. Antes, cientos de personas lo vieron pasar con su furgoneta desde las aceras como si fuera un procesión. Es el fenómeno José Tomás.

lunes, 29 de agosto de 2011

¿José Tomás o Manolete?

Perelétegui / León
En el transcurso de un tramo de la temporada taurina, centrado en la presencia de José Tomás en los ruedos después de su vuelta al toreo activo tras quince meses de inactividad como consecuencia del gravísimo percance que sufrió en Aguascalientes (México), surge de nuevo el intento de parangonarle con su ídolo,el cordobés Manuel Rodríguez “Manolete”, cuando se cumple el 64 aniversario de la muerte de éste en Linares por el miureño “Isleño”, en una fecha que cada temporada se sigue recordando y en la que este año actuará en una corrida en dicha localidad linarenseprecisamente José Tomás, para ir desde allí a Valladolid (8 de septiembre), Nimes (18 de septiembre) y cerrar en Barcelona.
Es cierto que existen marcadas similitudes entre ambos: grandes toreros, con acusada personalidad, amplísimo poder de convocatoria y sobrada capacidad para hacer, con un toreo estático y vertical, “su” faena a un gran número de toros; con apoderamientos dispuestos a cuidar al máximo su trayectoria profesional; mando absoluto en el toreo de su tiempo (como consecuencia de los llenos que su presencia provoca en todas las plazas, lo quelleva a cobrar emolumentos muy superiores a los de los restantes compañeros de escalafón), seguidores incondicionales y furibundos detractores, y un misterioso distanciamiento de los medios de comunicación y sectores sociales más o menos próximos a su mundo.
Pero a partir de este punto, comienzan marcadas diferencias. Por ejemplo, la falta del de Galapagar de aceptar el compromiso de acudir a las ferias de mayorresponsabilidad, enfrentarse a toros de mayor presencia y competir, compartiemdo carteles, con las restantes figuras del escalafón.
Si estos gestos fueran incluyéndose en el palmarés de triunfos de JT, podríamos estar hablando de un torero de época. En caso contrario, con un promedio de oreja por corrida y el alejamiento de sus rivales naturales (Ponce,El Juli, Morante, Manzanares, Castella, Talavante o Perera) , será, sin duda, el torero con el que sueñan todas las empresas y casi todos los públicos. Algo así como ocurrió con Manuel Benítez “El Cordobés” en su época, sin llegar a ser, ni mucho menos, el mejor torero de su tiempo.
Pero José Tomás se merece ocupar otro lugar, muy diferentes y mucho más destacado en la gran historia de la Fiesta.

FUENTE: http://www.la-cronica.net/

Curro Díaz, triunfador en la segunda de la feria de Linares

30.08.11 - 01:00 -

Por fin llegó José Tomás y la aureola de expectación que habia por su venida bajo muchos puntos cuando abandonaba la plaza; natural que ocurran estas cosas cuando la decepción suple a la expectación que es lo que siempre amarga a una afición con gentes venidas de sabe Dios dónde, pero que acudían a la cita de Linares porque esta tarde hacia el paseíllo el diestro más carismático y esperado de esta etapa de la fiesta. La corrida como tantas otras, salió duramente dañada por el juego de los toros de Las Ramblas, que a su escasa presentación, pero bonitos de lámina, no dieron el juego apetecido, desluciendo como es natural un espectáculo rodeado de tal grado de expectación que cualquier cosa era pequeña si no estaba al nivel de la alegría con que acudió el público a los tendidos del coso de Santa Margarita.
Juan José Padilla
Juan José Padilla, cabecera de cartel, era como un invitado a la corrida de José Tomás. El gaditano que estuvo voluntarioso y con muchas ganas, como es en él habitual, con un toro que salió corretón y avanto, y ademas arrebató el capote a los tres subalternos de su cuadrilla. No pudo lucirse con el percal y desquitarse en el tercio de banderillas con dos pares excelentes y el otro malogrado por la deficiente embestida del animal, siendo con la muleta ese torero que gusta de complacer al respetable con muletazos en serie, sobre todo con la diestra, para lograr una labor más voluntariosa que otra cosa. Mató de bajonazo y estocada, saliendo a saludar para corresponder a la ovación del público. Al cuarto, mansote pero con nobleza, lo toreó bien a la verónica, fue muy espectacular con los palitroques y con la muleta en su linea acostumbrada puso todo de su parte para contentar al público, sobre todo al de la solanera, que pese a comenzar la corrida un poco más tarde, en aquella zona el calor era más que ostensible y necesitando también de un salto de la rana adulterado para, matando de buena estocada, obtener la oreja de su oponente.
José Tomás, el esperado
Varias vueltas al ruedo dio el segundo de la tarde, por el amplio perímetro de la plaza de Linares; quieta planta en el anillo de Santa Margarita para lancear a la verónica con media de soberbia ejecución, comenzando la faena todavía con los pies bien asentados y pasando el toro con quietud y ese sello tan personal para rematar con otro excelente de pecho, todo realizado con facilidad, acabando su labor con manoletinas, más como recurso, que como base en parte de la faena. José Tomás quería pero el torito no estaba por la labor de que hubiese más brillantez, terminando de sartenazo, de feísima colocación, pinchazo, otro más y dos descabellas, sonando las palmas aunque no en la generalidad del público. Nada con el capote en el quinto de la tarde, chico y mansote el animal, que sólo recibió un picotazo, con escándalo en los tendidos, con gritos y palmas de tango. Cambio un poco el son de la faena, para muletear con arte con mano baja y brillos algo improvisados, pero eso sí con el sello del artistas y destacando una serie muy plástica en sus formas, bien definida, apareciendo el José Tomás que a todos nos gusta ver en plenitud. Por las condiciones del toro se puede decir que José Tomas planteó bien la faena, utilizando bien la cabeza, que no siempre lo hizo originándole más de una cogida. Mató de gran estocada y sus incondicionales, muchísimos en la plaza, lograron que se el concediese una oreja que tardó en ser autorizada por el presidente.
Curro Díaz, triunfador
El tercer toro que resultó imposible para torearle con el capote, sí se fue para arriba en el tercio de banderillas, con dos pares monumentales del hijo del inolvidable Montoliu, que mereció cálidas ovaciones del respetable y tener que desmonterarse. Brindó al público iniciando la faena de manera sensacional en redondos en varias series, de enorme calidad y con cierta emoción por la embestida enrazada del animal. En varias series que tuvieron también el buen gusto que es una de las virtudes principales del torero linarense, con mucha calidad y bastante cercanía, lo que daba una cierta emoción a la labor del espigado diestro.
Probó con la zurda, pero el cornúpeta no propició el toreo al natural, mas con la diestra y estupendo estoconazo que tiró patas arriba al toro, siéndole concedidas las dos orejas. Sufrió antes de todo esto una voltereta de la que salió ileso de manera milagrosa. Poco pudo hacer el deslucido sexto, aunque poniendo mucha voluntad el coleta comprovinciano.

José Tomás, mortal y rosa en la mansada


30/08/2011 | 02:12
En Linares tampoco fue. En el 64 aniversario de la muerte de Manolete, José Tomás se estrelló contra un lote infumable, el peor del petardazo de Las Ramblas. ¡Qué pasa con los toros de la reaparición! ¡Qué mansada! Pero hasta los mansos tienen su faena. José Tomás, de rosa y oro como el Califa sin trono, la encontró en el quinto, cuando nadie la esperaba, cuando la tarde se escurría por el sumidero de la decepción.
José Tomás hizo del imposible una faena porque torea como mea. O sea, con la naturalidad somática con la que escribía Umbral. Son ya cuatro años sin él, y ha reverdecido el debate sobre su antipatía a los toros. Seguro que entre las negritas de su columna habría cabido la vuelta de JT, pero no hoy, porque ayer no pudo ser, no con esos toros, bien presentados pero sin casta, atiborrados de una mansedumbre infecta. José Tomás también es mortal, y su vuelta se ha emborronado en la base, el toro. Mortal y rosa, de Manolete a Umbral, o viceversa.
Mimó de capa a ese quinto malo, que salió sueltecito, derribó en varas y acabó rajado. En la muleta, lo sacó el Príncipe de Galapagar a los medios con suavidad y le robó una tanda templada por el derecho con un codilleo sabroso -julista o no, igual da- y un trincherazo ya sin toro. Siguió cocinando la faena con temple, muy para el toro y muy por encima de él. Al natural le sacó petróleo. Repito, era un manso infumable. Gran mérito el de José Tomás, que encadenó tres naturales templados y se afaroló tras dos obligados. Y, de repente, como si nada, un cambio de mano por la espalda antecedió a un natural hondo, larguísimo. Y otro cambio enseñó al toro el camino de su zocata diamantina (cuatro años hace, también, que se nos fue la zurda de diamantes, Antonio Puerta). Muy buenos naturales el tercero y el cuarto de esa tanda. Mérito dárselos... ¡a ese toro! Que no, que no es posible sacar más faena, y mejor, de la que edificó JT. A ese toro.
Sonaba Manolete y el Monstruo de Galapagar volvía a imponerse en una tanda arrebatada, en un palmo, arrancados de uno en uno. Aquí mando yo. Tres estatuarios de quietud, uno más hacia tablas y una rúbrica. Estoconazo (que es una estocada fulminante, pero no perfecta). Lo mató donde Manolete pasaportó a Islero, aquel infausto 28 de agosto de 1947 con aroma de hule. Porque la Parca se palpa en Linares, se intuye, pero la vida de los héroes del toreo no es sino una vacación ante las posibles encomiendas de la muerte. José Tomás, en fin, cortó una oreja y hubo petición de segunda.
La misma petición que a Curro Díaz en el tercero, al que sí se la dieron, tras una faena de empaque y algo de desmayo por el pitón derecho -con cogida, sin cornada- que le quedó corta por el izquierdo, más áspero, por el que tardeaba el burel. No se trata de las orejas, sino del rasero. O todas o ninguna (mejor ninguna, creo). Díaz jugaba en casa y salió a hombros. En el sexto, que se quedaba a la mitad, tiró de testiculina; poco más podía hacer.
En el segundo José Tomás se estrelló contra el más manso de la mansada. En medio de un silencio sepulcral, maestrante, que inundó la plaza, estuvo todo lo bien que pudo, toreando lo poco que se puede torear sin toro. Y finalizando con unas manoletinas de compás abierto, como las que dicen que inventó Manolete aquel 28 de agosto. Mérito sin recompensa, virtud que no tapa el recital con los aceros: bajonazo infame, en el número; pinchazo, pinchazo hondo y dos descabellos.
Los mejores toros de la tarde -por decir algo- fueron tercero y cuarto. A éste Padilla lo toreó muy bien de capa, con dos buenas chicuelinas y una media a la cadera. Pero lo desaprovechó en la muleta. De hinojos, por la derecha, por la izquierda... Sí, pero no, ni mucho menos. Tanto comer mortadela, el lomo le hace bola y se le atraganta. El jamón, no digamos. Tenía más faena el toro, mironcillo y con poco fondo pero bueno. Lo mató bien y tocó pelo. Una oreja. Lo dicho: el rasero.
Al final, tampoco en Linares, con sus efluvios de rumor manoletino. Otra tarde más, el tercero a hombros y José Tomás, de rosa y oro, a pie. Otra vez una oreja con petición de segunda. Esta reaparición es la del José Tomás de toreo inmortal, creciente, pero la de la suerte mortal. Y rosa.


Ficha: Plaza de toros de Linares. Lleno de no hay billetes en tarde calurosa y bochornosa. 64 aniversario de la muerte de Manolete.
Toros de Las Ramblas, bien hechos pero descastados, mansísimos. Sobre todo el acochinadito segundo, de abanto a rajadísimo. También rajado el quinto, con mejores hechuras. Primero sin transmisión, flojo y sin descolgar. Tercero y cuarto más fijos y nobles, con más clase pero también flojos, también mansitos. El sexto salió sueltito, como casi todos.
Juan José Padilla: Pinchazo sin soltar y estocada (saludos). En el cuarto, estocada hasta los gavilanes, pelín trasera (oreja con leve y surrealista petición de segunda).
José Tomás: Bajonazo infame, en el número; pinchazo, pinchazo hondo y dos descabellos (palmas). En el quinto, estoconazo en los terrenos en los que Manolete mató a Islero, resultando cogido mortalmente, el 28 de agosto de 1947 (oreja).
Curro Díaz: Estocada caída de fulminante efecto (dos orejas que el presidente no quería dar, pero dio). En el sexto, dos pinchazos y estocada (silencio). Salió a hombros.
Incidencias: Los compañeros de ABC y EL PAÍS fueron desalojados repentinamente de sus paupérrimas localidades por un fallo flagrante en la organización.

FUENTE: http://www.expansion.com/

La maldición de José Tomás

30 Agosto 11 - - Patricia NAVARRO

A Juan José Padilla, perdón, pero no le vi. Más de ochocientos kilómetros en una noche: Bilbao/Linares. Viaje eterno al volante... Todo perfecto. Hasta llegar aquí. Acreditación de Prensa ficticia. Una fila 6 que no existe. Anda si acaba en la 5. En la parte más alta, luchando con la miopía por encontrar torero y toro entre columnas y arcos. Divertido si no viniera uno a trabajar.
Si al medio no le costara esfuerzo, y dinero. Pero la cosa podía empeorar, y empeoró. Sin localidad y con el «no hay billetes» colgado. Impresionante el respeto de la empresa, muy solvente y con clase... Así, lo siento pero a Padilla que abría plaza, no le vi. Que lo cuente la empresa. Eso sí, medio me pareció verle saludar.
El silencio sepulcral cuando salió a torear José Tomás al segundo lo marcó todo. Aunque ya habían trepado por el tendido las verónicas de recibo. En el centro del ruedo, encajada la figura, atornillado al suelo y pura armonía en las muñecas. El toreo que fluye hasta que se frustró. Ya con la muleta, bello comienzo, una trinchera y un natural con un tercio de la muleta, el toro para sí, hacia él, porque así lo quería. Y se acabó. A la siguiente tanda buscó refugio el de Las Ramblas en tablas y José Tomás se puso, y le buscó las vueltas pero el horizonte estaba muy cerca. La espada le quedó fea, reiterada... El descuento.
Se volcó sobre el morrillo en el quinto. Había muchas cosas en juego. José Tomás peleó contra los elementos. Y el elemento en cuestión se desplazó en las telas, abriéndose mucho para ir a tablas. Hasta que allí se fue José Tomás nos dio varios momentos de intensidad, sobre todo en ese pase diestro para cambiarse la muleta de mano y pegar el natural de antología. Y lo repitió. Qué belleza ver embarcar al toro con los riñones metidos, enjuta la figura, aplomo y suavidad. El maravilloso contraste que cautiva. Naturales de primor: largos, hundido en la arena por los siglos de los siglos, y templado. En tablas se lo pasó por alto por donde quiso sin enmendarse, más efectista y menos profundo. A dos manos por alto cumplió el fin, en el ocaso de su tarde en Linares. Hundido el acero. Muerto el toro que yo lo vi, le pidieron las dos orejas, pero sólo una se le concedió. La maldición de esta temporada, la de la resurrección, se abría paso. Ahora, el toreo más puro de la tarde lo hizo el de Galapagar. Cuestión de principios.
Curro Díaz tumbó enérgico al tercero con la espada. Antes le había demonizado el toro en una cogida terrible. En un pase de pecho dejó la ventana abierta y el toro, que se dejaba, pero no era tonto, entró de lleno. Le había encontrado el torero el sitio por el pitón derecho, como tenía motor y se desplazaba lo que ocurría en el ruedo trascendía. Se creció, no bajó la intensidad y con la espada, parece ser, tampoco divisamos presidencia, amarró el doble trofeo. El descastado sexto sólo le dejó justificarse.
El cuarto tuvo opciones, aunque mirón exploraba el viaje con largura. Padilla echó toda la carne en el asador, a su manera, a su estilo pero le cundió más cuando tiró del tremendismo. Tremenda tarde la nuestra.

Con Manolete bien presente
El mismo día. De mito a mito. José Tomás actuó ayer en el ruedo de Linares exactamente 64 años después de que el toro «Islero» de la ganadería de Miura terminara con la vida de otro genio: Manolete. Y es que una fatal cornada hirió el 28 de agosto de 1947 al diestro cordobés que, horas más tarde, fallecería. Una pérdida que sobrecogió al mundo del toreo y que, aún hoy, sigue siendo recordada. Por ello, durante la Feria de San Agustín linarense, los homenajes y las ofrendas no han dejado de sucederse.

Curro Díaz le hace sombra a José Tomás con un triunfo en su tierra


Juan Miguel Núñez
Linares, 29 ago (EFE).- El torero de la tierra, Curro Díaz consiguió un triunfo de Puerta Grande en su tierra, Linares, haciendo sombra a José Tomás, gran atractivo del cartel, que tan sólo pudo cortar una oreja, al igual que Juan José Padilla.
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de "Las Ramblas", aceptablemente presentados, pero mansos y de poco juego. Sólo se movió bien por el pitón derecho el tercero.
Juan José Padilla: pinchazo y estocada (palmas); y estocada (oreja con petición de la segunda).
José Tomás: bajonazo, dos pinchazos y dos descabellos (palmas); y estocada ligeramente desprendida (oreja con petición de la segunda).
Curro Díaz: estocada baja (dos orejas); y dos pinchazos y estocada (palmas).
La plaza tuvo lleno de "no hay billetes" en tarde espléndida.
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TOMÁS, NI BIEN NI MAL, POR LA FALTA DE TOROS
Los partidarios de José Tomás sólo ven por él. Hoy en Linares primaba la impaciencia por verle, en los alrededores de la plaza, antes de empezar la corrida, y no se diga cuando le tocaba torear en uno de sus dos toros.
Todos los detalles de la tarde se centraban en el de Galapagar: el vestido rosa palo y oro que traía a la memoria a "Manolete" en el sesenta y cuatro aniversario de su muerte en este mismo lugar; el pasodoble que pondría fondo a sus faenas, naturalmente el que recuerda por su nombre al mito cordobés.
Partidarios a toda costa, algunos en la frontera del fanatismo, y sólo así se explica que pretendieran devolver el quinto toro sencillamente por manso, instigando insistentemente "al palco", que por supuesto no transigió.
Ya está dicho que todo giraba en torno a José Tomás. El mundo entero que había acudido a Linares andaba pegado a él de una manera y otra.
Al final los más decepcionados criticaron lo que podría ser su desmesurado caché. En el otro extremo, los resignados, cuyo argumento era: "JT, el torero más barato porque no es lo que se lleva sino lo que trae". Y efectivamente, Linares y su comarca hoy fue una locura en bares, restaurantes y hoteles.
Y volviendo al ruedo, lo que se puso de manifiesto es que el verdadero problema de Tomás esta temporada está siendo encontrar una ganadería acorde con lo que necesita. Lo de Núñez del Cuvillo le está pasando factura. Porque la realidad es que no le están embistiendo los toros.
De los seis de "Las Ramblas" de hoy, el único que se movió con cierta clase fue el tercero, que fue para el compañero Curro Díaz, quien terminó haciendo el toreo más bello y hondo de la tarde.
Díaz le hizo sombra al ídolo, y hasta el punto de protagonizar una espeluznante voltereta, pasaje que a priori parece destinado sólo Tomás, aunque lo más fácil es que el guión no se cumpla en estas situaciones.
El caso es que Curro Díaz cortó las dos orejas y salió a hombros, mientras Tomás tuvo que conformarse con un trofeo del quinto por una faena sólo compuestita en la que hubo un par de tandas al natural antes de que el toro se negara completamente.
No sirvió ese ni ese toro quinto ni el anterior, mansos y deslucidos, consecuentemente pitados.
Pero en el haber de Tomás hay que hacer notar los lances a la verónica en el recibo al segundo toro, de mucho asiento y exquisita enjundia, de pierna adelantada para ir ganándole terreno en cada lance al toro. En éste apenas unos pases aislados, mas sin poder profundizar por culpa del toro.
Anduvo mal con la espada en el primero, y muy bien en el otro. En resumidas cuentas no pasó nada del otro mundo, ni para bien ni para mal.
Otra oreja en la tarde fue para Juan José Padilla en el cuarto, por una faena bullidora de pases de todas las marcas que decían los revisteros antiguos. El toro, aplomado, le costaba desplazarse, y ahí el mérito del torero haciéndole pasar.
El que abrió plaza, noble y cortito de embestida, no sirvió en absoluto. Tampoco el que cerró la tarde, con el que Curro Díaz apenas pudo estar en los detalles.
En realidad, la corrida no cumplió loas expectativas.

FUENTE: www.diariovasco.com

Manolete y José Tomás: odiosas comparaciones en Linares

ANTONIO LORCA - Linares - 30/08/2011

Sobrecoge todavía esta plaza de toros de Linares porque toda ella guarda en su interior el olor y el imperecedero e infausto recuerdo de aquella tragedia que vistió de luto a España el 28 de agosto de 1947. Han transcurrido ya 64 años, pero el fantasma de Manolete sigue vivo. Es la fuerza del mito, la personalidad de un hombre posiblemente irrepetible que fue el santo y seña de una sociedad descoyuntada por las consecuencias de la Guerra Civil. Años de hambre, de miseria, de duelos y rencores que encontraron en el diestro de Córdoba el bálsamo para tanta tristeza.
Ambos desprenden un halo de seriedad, misterio, ascetismo, misticismo...
Manolete fue el ídolo de una España que quería volver a vivir, y encontró en el torero razones para la esperanza. Manolete fue un diestro valiente y comprometido, que enloqueció a la gente con aquel toro chico de la época, al que se arrimó como nadie y aguantó a una distancia considerada entonces inverosímil.
Hoy, la plaza, otra vez, está llena hasta la bandera. Hace calor. Se escucha el run run de las tardes cargadas de expectación. José Tomás, declarado admirador del Califa cordobés, ha vuelto para rendir pleitesía a la historia. Su presencia es un homenaje al héroe. Pero algo falla. El espectáculo no se desarrolla según lo previsto. El toro no es de Miura, como lo fue Islero; ni puede presumir de movilidad. Y todo queda deslucido a pesar de la actitud voluntariosa del torero. Emotivas las verónicas ceñidas en el centro del ruedo a su primero, que se hunde, finalmente, en la miseria de su falta de casta, se acobarda, y se torna en birria. Intentos baldíos -medios pases sin gracia- y un mitin impropio de figura a la hora de matar. Que pase este cáliz cuanto antes... El público generoso y olvidadizo aplaude y oculta lo que debió ser un silencio de reprobación. En su fuero interno, Tomás debe saber que al homenaje a Manolete hay que venir con otros toros. Muy protestado fue el quinto por su mansedumbre. Inédito con el capote. A los sones del pasodoble Manolete, aprovechó Tomás las embestidas de su oponente en una labor por ambas manos que no alcanzó nunca el vuelo deseado.
A pesar de todo, en esta plaza surge la pregunta: ¿Se parece o no José Tomás al monstruo de Córdoba? Mucho se ha hablado, y el que menos, sin duda, el torero vivo, que se ha limitado a expresar su profunda admiración por el mito de los años cuarenta.
Hay un parecido fundamental: ambos son figuras sobresalientes del toreo. Ambos son protagonistas de su propia leyenda.
Los separa su origen: Manolete, hijo de la época del hambre y de una familia torera; Tomás, nacido en el seno de la clase media, sin ascendentes taurinos y con sueños infantiles de triunfar en el mundo del fútbol. Y los separa el tipo de toreo: el primero pisa el terreno de su oponente, pero recorta los pases y se adapta a la movilidad del terciado toro de la posguerra; y Tomás sigue su estela valerosa, pero alarga los muletazos y busca la pureza con la embestida noble, pastueña y templada del toro actual.
Los une, eso sí, una filosofía de vida. Ambos desprenden un halo de seriedad, misterio, ascetismo, misticismo... Uno y otro portan en sus genes una cualidad fundamental: una personalidad radiante, indiscutible y sobrecogedora -dentro y fuera de la plaza- que les permite interesar a los aficionados con pasión y arrastrar a las multitudes. Manolete fue un ídolo por méritos propios, un héroe, uno de los toreros más importantes de la historia. De él se ha destacado su honestidad, su entrega y su vergüenza torera, de tal modo que aceptaba una voltereta para conseguir un triunfo.
A uno y otro los une el valor; un valor sobrenatural que les permite pisar un sitio que no pisan los demás. Los dos llevan a gala el compromiso de hacer faena a todos los toros. Les une, además, su entrañable relación con la América taurina. Manolete fue allí un ídolo de multitudes, y Tomás ascendió al escalafón de matador en México, y se enorgullece de llevar sangre mejicana en sus venas.
A Manolete y José Tomás los separa, no obstante, su forma de matar a los toros. El torero cordobés ha sido "el mejor matador que he conocido nunca", en palabras del maestro Pepe Luis Vázquez. Y no es, precisamente, la suerte suprema la mejor cualidad del torero madrileño. Sea como fuere, con semejanzas y diferencias, y visto lo de ayer, las comparaciones siguen siendo odiosas.
No decepcionaron, sin embargo, Juan José Padilla y Curro Díaz, cada cual a su manera. El primero cortó una oreja después de divertir a la concurrencia con pases de todas las marcas a dos toros sin fuelle. Díaz se llevó una fea voltereta en su primero, al que muleteó con destellos de elegancia. Cerrada la noche y al calor de sus paisanos, aprovechó la inválida bondad del sexto y justificó el cariño recibido.
Finalizada la corrida, queda en el ruedo una silueta, un recortable en la penumbra. Es la imagen de Islero, ese quinto toro de Miura que hace 64 años hundió el pitón en el muslo derecho de Manolete a la hora de matar, y lo convirtió en mito. El torero sigue vivo en el recuerdo de todos; incluso en el de quienes no lo vimos. Es el sino extraordinario de los héroes.

José Tomás corta una oreja del quinto

Publicación: 29/08/2011 (19:36)

PEDRO RUIZ
Linares (España). Firme y seguro Curro Díaz, enceló al tercero en la muleta con gusto y actitud, y dejándole la muleta puesta, consiguió que el animal siguiera el engaño por el pitón derecho. Cuando la faena despegaba, el toro, que se movió siempre sin ir metido nunca en los vuelos, le prendió de manera violenta, pero sin consecuencias graves para el torero, que aunando técnica y expresión consiguió imponerse a él en una faena de importante fondo remarada de un estoconazo.  
José Tomás cortó una oreja del quinto, que huyó despavorido en el tercio de varas, pero José Tomás acertó a sujetarlo a los medios, tapando las querencias al manso y, sin molestarlo, armó una inteligente faena en los medios, acompañando con recursos el viaje del toro, que acabó yéndose a tablas en las postrimerías de una faena rematada por estatuarios en su refugio. En su primero brilló con el capote ante un ejemplar con nobleza y sosería, que se dio la vuelta al revés tras cada embroque y nunca colaboró con el de Galapagar.
Padilla arranco una oreja del cuarto, otro toro muy en la línea de la corrida, que no se empleó y acusó falta de raza y cierto peligro en ocasiones. Padilla anduvo muy variado con el capote -quitó por chicuelinas y faroles con navarras- y después compuso una faena de más a menos para acabar ganándose el favor del público con recursos entre los pitones. No tuvo opción el gaditano con el animal que abrió plaza, un ejemplar desrazado y sin clase que apenas se desplazó en el último tercio.
Plaza de toros de Linares. Segunda de San Agustín. No hay billetes. Toros de Las Ramblas, . Juan José Padilla, ovación y oreja; José Tomás, aplausos y oreja; Curro Díaz, dos orejas. Saludaron José Manuel Montoliú y Fernando Pérez en banderillas. 

A José Tomás se le enquistan las puertas grandes

Linares amaneció ayer revolucionada y así se mantuvo todo el día. La presencia de José Tomás transformó la ciudad jiennense

Día 30/08/2011
 
Linares amaneció ayer revolucionada y así se mantuvo todo el día. La presencia de José Tomás transformó la ciudad jiennense de forma total y absoluta, algo que se trasladó al coso de Santa Margarita. Follón increíble con las localidades —este periodista lo vivió en primera persona, junto con el compañero de «El País»—, un baile de sitios que rozó el malabarismo de gente de la empresa y acomodadores por reubicar como pudieran al personal. Es lo que trae el de Galapagar.
En el ruedo la revolución la puso el local Curro Díaz con un toreo de muchos quilates en su primero. Tomás se encontró con un lote para hacérselo mirar. Que digo yo que si no se estará acordando de haberle negado el pan y la sal a Núñez del Cuvillo… Ayer, de nuevo, se fue por su propio pie de la plaza.
El primero de José Tomás evidenció que no iba a querer pelea. Y así fue. Lo intentó JT con el capote, dejando atisbos. Y con la muleta, el animal se tragó un comienzo de faena por alto, con trincherazo, cambio de manos y el de pecho que hicieron concebir esperanzas. Rugía la plaza y el madrileño se fue a los medios. Derechazo y al segundo, a tablas el de Las Ramblas. Allí se quedó. Puso todo y más José Tomás y le robó literalmente los muletazos, pero el toro salía distraído por completo. Una serie de manoletinas de frente fue de lo mejor. Y lo peor, la espada. Vaya el bajonazo primero...
El quinto, otro regalito: suelto de salida y sin querer acudir al caballo. Un manso de tomo y lomo. Claro, la gente quería el triunfo de JT como fuese, que para eso paga lo que paga. Se desgañitaron pidiendo su devolución. El caso es que se desplazó en la muleta, aunque sin fijeza y loco por irse a tablas, donde acabó. Lo toreó sin demasiado sometimiento en dos primeras series diestras ligadas, para estar mejor al natural. Ahí los muletazos tuvieron mayor empaque y solidez. El astado ya se iba y fue entonces cuando, a favor de querencias, le dejó una serie diestra muy buena, despatarrado, y unos ayudados por alto cuasi estatuarios de sabor añejo. Esta vez mató a la primera. Le pidieron las dos orejas, pero una fue premio justo.
Curro Díaz dejó toreo de aroma con el capote pero, sobre todo, con la muleta. Tuvo en el tercero un buen colaborador, aunque no la tonta del bote. Inicio majestuoso, doblándose para, acto seguido, cuajar una serie diestra con profundidad y empaque. Otra, más relajado y abandonado, hizo que los tendidos estallaran. Lo mismo que en el de pecho, donde se le quedó debajo el de Las Ramblas y le dio una voltereta de padre y muy señor mío. Se libró de milagro. Siguió por ese pitón enrabietado, aunque el toro ya se quedaba corto, algo que desarrolló más por la izquierda. El estoconazo fue contundente. Por cierto, vaya tercio de banderillas de José Manuel Montoliú. Para enmarcar, torero.
Esperaba un mundo el sexto en los primeros tercios. Derribó al picador y en la muleta nunca se entregó, haciendo hilo y sin humillar. Detalles toreros de Curro Díaz, pero faltaba la continuidad. Llegó el desarme y luego la vergüenza torera del linarense con la zurda, aguantando las quedadas. Anduvo muy por encima de lo que merecía el de Las Ramblas.
Juan José Padilla sólo pudo poner voluntad ante el manso y peligroso primero —con el que pasó apuros al recibirlo con el capote—, y arrancó una oreja al cuarto tras una faena que discurrió entre la ortodoxia, con muletazos de buen trazo, y los efectos especiales de su toreo de cara a la galería.

Díaz, profeta ante el mesías

 
Marisa Fernández
30/08/2011 02:09
Curro Díaz ha sido el gran triunfador de la tarde en Linares. Tras desorejar al primer toro de su lote, ha conseguido abrir la Puerta Grande del coso de Santa Margarita de Linares. El encierro, de Las Ramblas, decepcionó al público asistente que se congregó en masa en la plaza de toros. Los toros, bajos de casta y transmisión, hicieron que una vez más, la tarde ser viviría entre el sopor. José Tomás y Juan José Padilla cortaron una oreja cada uno.
Curro Díaz ha sido el único diestro que ha conseguido abrir esta tarde la Puerta Grande. Lo ha hecho tras desorejar al tercer toro de la tarde, el más potable de todo el encierro. Su faena comenzó con unos doblones muy templados y sometiendo al toro, que le sirvieron para sacarlo de las tablas. Toreó bien con la mano derecha, ligando buenas tandas, con la figura vertical, y muletazos desmayados. En un descuido, mientras toreaba en redondo, el animal lo prendió y lo arrolló en la arena, aunque sin mayores consecuencias. Mató de una estocada y cortó dos orejas.
El sexto toro de la tarde tardó en fijarse en los engaños y durante los primeros tercios de la lidia fue desparramando la vista. Con la muleta, Curro Díaz consiguió tandas de buen toreo, con la figura muy vertical, con mucho temple y clase. El toro, un ejemplar soso y que se agotó pronto deslucía todo lo que el linarense realizaba y cuando éste recurrió al toreo de cercanías, su labor no llegó a calar en los tendidos. Escuchó palmas tras una estocada al tercer intento.
José Tomás había despertado una gran expectación esta tarde en Linares, en lo que todo el mundo esperaba fuese una tarde triunfal, pero el deslucido juego de los astados de Las Ramblas impidieron que fuese una tarde redonda. Lo mejor llegó en el quinto toro, un ejemplar incierto durante los dos primeros tercios, que siempre ha buscó las tablas, y por el que nadie apostaba. José Tomás se fajó con él y consiguió encelarlo y sacarlo de la marcada querencia a tablas. Y ya, con el animal entregado José Tomás toreó al natural consiguiendo ligar varias tandas de muletazos largos, muy templados, bajando la mano y con mucha verdad. Los estatuarios finales, junto a las tablas pusieron la emoción que le faltaba al astado y tras una estocada cortó una oreja.
En su primer toro José Tomás saludó una ovación frente a otro manso toro de la ganadería de Las Ramblas, que al igual que sus hermanos de camada, buscó las tablas desde su salida de toriles. El toro, soso y de escasa transmisión, quería irse después de cada muletazo, desluciendo mucho la labor del diestro de Galapagar. Terminó con unas ajustadas manoletinas en el tercio. Escucho una ovación tras fallar con la espada.
La primera faena de Padilla, frente a un toro soso y parado, pasó desapercibida pese a los esfuerzos del diestro por agradar a los tendidos.
En el cuarto de la tarde, Juan José Padilla se entregó de lleno, poniendo muchísima voluntad desde la salida del toro. Se mostró variado con el capote, buscando siempre la vistosidad y llegar a los tendidos. En la muleta, el toro se agotó pronto, pero Padilla no quería dejarse ganar la batalla, por lo que tiró de oficio y pundonor para conseguir ligarle varias tandas por ambos pitones en las que hubo muletazos muy buenos y templados. Culminó la faena toreando de cara a la galería y mató de una estocada. Cortó una oreja.

Ficha del festejo

Segundo festejo de la Feria de Linares. Lleno de no hay billetes. Toros de Las Ramblas, bien presentados, pero sosos y deslucidos en conjunto.
Juan José Padilla: ovación con saludos y oreja
José Tomás: ovación y oreja
Curro Díaz: dos orejas y palmas
Se desmonteró José Manuel Montoliu tras parear al tercero de la tarde.
FUENTE: www.burladero.com/

sábado, 27 de agosto de 2011

La nueva tauromaquia de José Tomás en tres fotos

Juanma Lamet
05/08/2011 | 22:54


"Todo me modifica, pero nada me cambia", proclamó Salvador Dalí, el genio más torero de cuantos han sido (digan lo que digan de Goya y Picasso). Algo así ocurre con José Tomás. En las tres primeras fotos se observan las modificaciones de la tauromaquia del dios de piedra de Galapagar, quien, por suerte, no ha cambiado. Sólo ha pisado dos plazas en estos primeros compases de su reaparición, pero ya se atisban nuevos conceptos. La gran novedad es el compás abierto en las gaoneras, las manoletinas y las chicuelinas. O sea, más exposición y más verdad, hieratismo inevitable. Honestidad brutal, ética inquebrantable. Además, hay quienes apuntan, como José Luis Ramón, cierta influencia julista en sus derechazos, más arrastrados, con los riñones rotos, más destroncada la figura aún, aunque creo que es muy pronto para saberlo (yo aún no lo comparto). También han lucido frescas las capetillinas y se nota un aire más abelmontado en ciertos detalles con la capa (hubo una media sublime, digna del de la calle Feria).
1. Gaonera.Increíble, brutal, con el compás muy abierto y muy atalonada. Ejecutada con un empaque espectacular en Valencia, el 23 de julio. Con esta variación, pasándose el astado tan cerca como siempre, la gaonera tomasina pasa a ser casi insuperable. Foto de José Ramón Lozano para Decoramaquia.
2. Manoletinas. También abre el compás en las manoletinas, con las que suele cerrar la faena. El efecto es demoledor: le presenta la pierna y ciñe aún más el lance. Si la lasernina dio paso a la manoletina, esto puede abrir una nueva vía, no sé. Foto de Arjona en Huelva, el 3 de agosto, para Aplausos. 
3. Chicuelinas. Más enganchado el toro en la muleta, más de frente, más alargado el lance, con más temple y más verdad. Más muñecas y más cintura. Quizás con más dosis de su ética, pero ciertamente con menos estética. No me gusta el compás tan abierto en este lance. Estaría bien un término medio entre los pies juntos de antaño y el despatarre de ahora, aunque reconozco que las nuevas chicuelinas ganan en temple y emoción. En todo caso, bendito pero. Foto de 6toros6.
De postre, la capetinilla y la media abelmontada, como dos cuadros de Ruano Llopis.



Manuel Benítez El Cordobés y José Tomás, los reyes Midas de la economía taurina

27/08/2011 | 18:39

(Primera parte del reportaje '...O vaciarás tus bolsillos por mí. Una corrida de José Tomás tiene más impacto económico que una de Manuel Benítez El Cordobés', publicado en la revista 6TOROS6. Tras colarnos en la portada de EXPANSIÓN, de la mano del gran economista Juan Medina, ahora damos el salto a la primera plana del semanario taurino de más prestigio.)
"Por favor, por favor, Manolo, ¡no vayas!", suplicó Angelita. Él se inclinó, la besó en los ojos y le dijo: "No llores". Después se acarició el traje de luces con la mano y añadió: "Esta noche te compraré una casa... o llevarás luto por mí". Aquel torero era Manuel Benítez El Cordobés, ansioso por salir de pobre, costara la sangre que costara.
Al volver a casa, henchido tras el primer triunfo en su pueblo (Palma del Río), a hombros y empuñando orejas y rabo, Manolo sacó un viejo pañuelo con las puntas atadas. Lo abrió. Estaba lleno de monedas y billetes arrugados. Separó una parte y se la dio a su hermana: "Toma", le dijo a Angelita, "las primeras 1.000 pesetas que te doy". Las primeras 1.000 pesetas de una gran fortuna. En poco tiempo, el hijo de El Renco, el ladronzuelo de gallinas con sonrisa de pillo, pudo comprarse un jamón. Lo llevaba siempre a cuestas, lo colgaba en la ventana de los hoteles y cortaba de vez en cuando una loncha, cuando le apetecía. "Era más que un amigo para mí", dijo (y seguro que sonrió cuando lo dijo). El jamón era una declaración de intenciones. Siguió prosperando, así que, al poco, adquirió un coche. Y no mucho después le dijo a su hermana: "Bueno, aquí tienes la casa que te había prometido". Era rico y estaba vivo: profecía cumplida.
No estaba destinado a ser un gran torero, pero sí una suerte de Rey Midas, un imán para el dinero. En 1963 toma la alternativa en Córdoba. Su carrera está siendo fulgurante.En 1967 Benítez ingresa ya 2,5 millones de pesetas por hacer el paseíllo en Madrid (la misma cantidad que pidieron los hermanos Lozano para Palomo Linares). Es decir, 73,44 millones de pesetas si se actualiza la cifra con la inflación. Más de 441.000 euros. Eso, en Las Ventas. De media, se llevaba "unos 1,5 millones de pesetas" por corrida, asegura Lozano. Hoy serían 265.000 euros. "Y en América (40-50 tardes al año) cobraba aún más", agrega Lozano.
Es decir, el caché de El Cordobés era menor, a precios constantes, que el de José Tomás, que se embolsa, de media, alrededor 300.000 euros por tarde, según fuentes cercanas al matador. Aunque en las plazas importantes la cifra supera los 400.000 euros. Cabe recordar que, además, José Tomás obtiene una parte del aumento del abono de las ferias en las que comparece. Pero no es lo mismo ingresar los 265.000 euros de El Cordobés que los 300.000 de José Tomás. "Con lo que ganaba El Cordobés en una tarde en Madrid podía comprar un piso de más de 300 metros cuadrados en pleno Barrio de Salamanca de Madrid", apunta Lozano, que lo sabe bien porque compró uno por 2 millones de pesetas. Hoy, por los 450.000 que podría cobrar José Tomás en Las Ventas, en esa zona se puede adquirir, vía internet, un inmueble... de entre 80 y 140 metros. ¿Además, "las fincas que a finales de los años 60 costaban 8 ó 9 millones de pesetas (menos de 270 millones, actualizando las cifras), ahora valen más de 1.000 millones de pesetas", apunta Lozano, que compró la finca de Alcurrucén en Córdoba, con más de 500 hectáreas (gran parte, de regadío), por 7 millones de pesetas en aquella época. Pero, claro, no se puede usar como referente para las comparaciones el precio de una propiedad, simplemente porque desde 1967 el precio de los inmuebles ha subido muchísimo más que el IPC.
Eso si, hay que tener en cuenta que en 2011 las cuadrillas cobran mucho más que en 1967  y los toreros tributan a Hacienda un porcentaje mucho más elevado de sus emolumentos (hasta el 47% de IRPF o el 25%-30% por el Impuesto sobre Sociedades; además, a muchos se le retiene un porcentaje por todo el grupo laboral que lidera). Es decir, no hay duda de que, enmarcado en la época que le tocó vivir como matador, Benítez cobraba más que José Tomás.
Pero el dios de piedra de Galapagar ha conseguido algo que no había logrado nadie: multiplicar la venta de abonos. En ello cuenta mucho que, mientras el diestro cordobés se acartelaba 100 tardes al año, el madrileño hace temporadas cortas, de unas 20 corridas. Y este año, tras recuperarse de la cornada de abril de 2010 en Aguascalientes (México), se va a quedar en 9 paseíllos. Así, cada tarde de José Tomás es especial, y genera una media de 2,2 millones de euros para la economía local, como demuestra el último estudio de Juan Medina, profesor de Teoría Económica de la Universidad de Extremadura, que adelantó EXPANSIÓN.
Él impacto económico de José Tomás se puede comparar con el de El Cordobés, pero siempre en términos relativos (es decir, por cada corrida, no por la temporada completa). De la enorme capacidad que tenía Manuel Benítez para crear riqueza a su alrededor puede dar fe... una almohada.
A finales de enero de 1967, en su finca Villalobillos, el diestro palmeño soñó que un enorme toro negro le abría las carnes. Eran las cuatro de la mañana, pero se sobresaltó tanto que despertó a su chófer y enfiló hacia Córdoba. Llamó por teléfono a Madrid y anunció su retirada del toreo. En cuanto se publicó la noticia, decenas de sevillanos corrieron a La Maestranza a pedir la devolución del dinero de los abonos de la Feria de Abril. Los economistas calcularon que la retirada del diestro costaría a los hoteles, restaurantes, taxistas y revendedores de localidades de toda España "un total de 300 millones de pesetas en dinero dejado de percibir", según cuentan Dominique Lapierre y Larry Collins en el best seller ...O llevarás luto por mí. Y a los empresarios, las 100 tardes que iba a dejar de torear el diestro les costarían "más de 250 millones de pesetas".
Así que seis días después, el 6 de febrero, se presentan en la finca los empresarios más importantes de España para disuadirle de tal decisión: Barceló, Stuyk, Balañá, Alonso Belmonte, Canorea, Gago y algún otro. Suplicaron durante 47 largos minutos. Además, le hicieron ver que su decisión podría costarle más de 100 millones de pesetas en pleitos. "...O vaciarás tus bolsillos por mí", vinieron a decirse ambas partes. El diestro rectificó su propósito inicial y la paz se firmó con rúbricas trazadas en la almohada sobre la que el espada había reflexionado, supuestamente, su determinación. 
Gracias a este "suceso de corte sainetesco", como lo califica El Cossío, sabemos que el impacto de 100 corridas de El Cordobés era de más de 550 millones de pesetas de entonces. O sea, de más de 74 millones de euros actuales. Cada aparición de Benítez se traducía en 0,74 millones de euros. Justo la tercera parte que José Tomás.
Esta es la frialdad de las cifras sobre ambos personajes. El Cordobés, populista e histriónico, no pasará a los anales de la tauromaquia como un gran torero, pero sí como un mito. Y decía el crítico taurino Don Ventura que "los mitos se levantan para complacer instintos y no para servir inteligencias". Sí, quizás, pero eso era hasta que llegó José Tomás.
FUENTE: www.expansion.com/blogs/tauroeconomia/

viernes, 26 de agosto de 2011

Madrugones y grandes colas preceden la cita de José Tomás con Linares

23.08.11 - 01:07 -
La pasión que el diestro José Tomás levanta en los aficionados taurinos de Linares, la provincia y el resto del territorio nacional, ha protagonizado el primer día de venta de entradas sueltas para los festejos taurinos que protagonizarán las tardes de la Feria de San Agustín en el coso de Santa Margarita de Linares.
Madrugones, e incluso noches en vela a las puertas de las diferentes taquillas de la plaza linarense, fue la tónica de la jornada de ayer en uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad y sus fiestas. El motivo, a cuenta de las opiniones de los allí presentes, no era otro que la presencia del diestro de Galapagar en las feria taurina de San Agustín, después de un año sin poder disfrutar de una de las citas tradicionales de la agenda del matador debido a la grave cogida que sufría meses antes y que le retiró de los ruedos hasta hace unas semanas.
De hecho, las entradas de sombra se encontraban prácticamente agotadas desde día antes al inicio de la entradas libres, según señala la organización, debido a que son muchos los aficionados que, temerosos de no poder disfrutar de la corrida de José Tomás, adquieren alguno de los abonos -que se mantendrán a la venta hasta el día 20 de agosto como ha sido habitual en años anteriores-, a la vez poder disfrutar del cartel confeccionado para este año.
En tan sólo unas horas, las entradas para presenciar la corrida de José Tomás junto a Padilla y el linarense Curro Díaz, estaban agotadas, y muchos se han quedado con la miel en los labios. No así, las decenas de personas que desde altas horas de la madrugada guardan pacientemente a la apertura de la taquilla, algunos de ellos llegados desde Cataluña movidos ante el interés de una corrida de José Tomás en Linares, el escenario de la muerte del mítico Manolete, con quien en muchas ocasiones es comparado José Tomás.
Precisamente, y ante la expectativa que levanta el regreso del madrileño a Linares, la Policía Nacional insiste en la necesidad de adquirir las entradas a través de los canales oficiales, más aún después de que el pasado 14 de agosto se tuviera constancia de que tres personas intentaban vender entradas falsas para la corrida de toros en la que intervendrá el torero. Por ello, el Cuerpo de la Policía Nacional ha hecho un llamamiento a los ciudadanos de Jaén y la provincia, en especial a los residentes en el municipio de Linares y aficionados taurinos, con el fin de «prevenirles para que no se conviertan en víctimas de este tipo de estafas».

Gran expectación en el primer día de venta de entradas sueltas

Martes, 23 de Agosto de 2011 11:08 Diario JAEN PROVINCIA - Linares
Alba Márquez/Linares

El Coso de Santa Margarita recibió, en la jornada de ayer, cerca de un centenar de aficionados que se acercaron a retirar las entradas para los festejos que comenzarán el domingo 28 de agosto. Se pusieron a la venta las primeras entradas sueltas y los abonos,
pues el plazo para su compra se ha ampliado hasta ese domingo. El gran atractivo es la reaparición del diestro José Tomás.
La Feria y Fiestas de San Agustín cuenta este año con un excepcional cartel taurino que no pasa desapercibido entre los aficionados a la fiesta nacional. Así, alrededor de un centenar de personas, esperaron ayer a las puertas de la plaza de toros para retirar sus entradas en cuanto las taquillas se abrieran al público.
Este año, la adquisición de entradas sueltas, que comenzó ayer, a primeras horas de la mañana, se compaginará con la venta y renovación de abonos, pues el plazo para su retirada se ha ampliado hasta el día 28.
“Hemos habilitado la doble fórmula de renovar y vender entradas en paralelo, para así poder ofertas nuevas localidades  y también seguir con la renovación de los abonos. Es una forma de facilitar la gestión del abonado”, apuntó Julián Alonso, representante de la empresa que gestiona el coso linarense.
Desde la dirección de la empresa se espera que el cartel con el que cuenta este año la festividad de San Agustín consiga alcanzar las altas expectativas que se tienen, algo que ya comenzó a verse con claridad ayer con la cantidad de personas que hicieron cola durante varias horas. “Se ha hecho un gran esfuerzo por parte de la empresa para contar con las mejores figuras del toreo, así que esperamos que ello se refleje en las taquillas”, declaró Alonso.
El principal atractivo de la próxima Feria del Toro es la corrida que tendrá lugar el lunes 29, con la reaparición del maestro José Tomás, al que acompañarán en el cartel Juan José Padilla y el linarense Curro Díaz. “Aunque el principal reclamo es la reaparición de José Tomás, este año Linares cuenta con un cartel excepcional los cuatro días”, aseguró. En la misma línea se mantuvo el crítico taurino Juan Moya, que manifestó que el cartel de este año es de lo más completo y que la afición disfrutará de grandes faenas de los mejores matadores. Así, el domingo 28 será la primera cita con el mundo del toreo, con los diestros Rivera Ordóñez “Paquirri”, Manuel Jesús “El Cid” y Miguel Ángel Perera. El lunes 29, habrá máxima expectación con los diestros José Tomás, Juan José Padilla y Curro Díaz. Completarán las corridas de toros David Fandila “El Fandi”, José María Manzanares y Alejandro Talavante.
 Por otro lado, el festejo de rejones contará con la actuación de Fermín Bohórquez, Pablo Hermoso de Mendoza y Diego Ventura.

Los últimos de la Monumental

José Tomás 
ROSA J.C. - Madrid - 19/08/2011

Juan Mora, José Tomás y Serafín Marín serán los últimos toreros que pisarán la plaza de toros Monumental de Barcelona en la corrida del 25 septiembre, la última antes de que el 1 de enero de 2012 entre en vigor la prohibición en Cataluña de las corridas de toros.
La última feria de la Mercè contará con dos grandes carteles para cerrar un capítulo de la tauromaquia en Cataluña. El 24 de septiembre, con toros de Núñez del Cuvillo, saldrán al ruedo José Antonio Morante de la Puebla, Julián López El Juli y José María Manzanares. El domingo 25 de septiembre los aficionados podrán ver por última vez una corrida de toros en la Monumental, con toros de El Pilar para Juan Mora, José Tomás y Serafín Marín.
El empresario Antonio García Jiménez, Toño Matilla, responsable de la gestión de la Monumental barcelonesa, ha confirmado la presencia ese fin de semana en Barcelona de los citados espadas y de los toros de las ganaderías de Núñez del Cuvillo y El Pilar. El empresario sabe que está ante una cita muy especial. "No hizo falta convencer a los toreros porque ellos mismo saben la relevancia de esta última feria. Vienen los mejores del momento. El que no venga ahora, no lo podrá hacer nunca", insiste.
Matilla no se plantea dar ninguna corrida más antes de que termine el año. "Salvo que el Tribunal Constitucional se pronuncie y diga lo contrario, esto se acabó", subraya con cierto pesar en su expresión.
Simón Casas, productor taurino y, en los últimos años, uno de los más destacados promotores de la renovación en el sector, cree que los carteles son inmejorables, pero, si hubiera estado en su mano, habría hecho algo especial. "Entiendo que los espectáculos taurinos deben ser un gran acontecimiento cultural, que debe trascender más allá de lo que pase en el ruedo, con intelectuales y artistas de todos los campos", expone.
Además de la calidad de los toreros que forman el cartel de la feria de la Mercè, patrona de Barcelona, la última corrida contará también con el añadido emocional de la actuación de Serafín Marín, un torero catalán, y de José Tomás, un diestro muy apreciado en la capital catalana
La trayectoria de José Tomás ha estado siempre unida a Barcelona. Allí mató una corrida en solitario, indultó un toro y ha dado algunas de sus mejores tardes. Su comunión con la afición catalana es total. Salvador Boix, escritorio, músico y aficionado catalán, es el apoderado del torero más relevante de las últimas décadas. El broche a esta temporada de reaparición tras la gravísima cornada en Aguascalientes será precisamente en la última corrida de Barcelona, donde tradicionalmente ha cerrado sus campañas en España. "Lo importante es que llegue bien hasta entonces. Después, podemos hablar de lo emocionante que será", matiza el apoderado. Él, por su parte, en lo personal, no termina de encajarlo. "No es fácil de imaginar, pero es un hecho. Me entristece porque los catalanes vivimos la tauromaquia de una manera muy personal, con pasión, pero solo podemos asumirlo", lamenta.
La cámara catalana dio luz verde a una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) avalada por 180.000 ciudadanos que pedía abolir las corridas de toros, prohibición que afectará a La Monumental de Barcelona, la única plaza en activo en Cataluña. El apoyo mayoritario de CiU y de su líder, Artur Mas, a la propuesta, respaldada también por ERC e ICV-EUiA, hizo posible que prosperara esta iniciativa, mientras que el PPC y Ciudadanos votaron en contra, como la mayoría de diputados del grupo del PSC.
Cataluña seguirá permitiendo los "correbous", festejos taurinos que no acaban con la muerte del animal y muy arraigados en algunas partes de la comunidad autónoma.

José Tomás, en el lujoso «funeral» de la Monumental de Barcelona

Una grandiosa Feria de La Merced echará el cierre al toreo catalán

Día 18/08/2011 - 21.12h
 
Se acerca la hora de echar el cierre a la Monumental de Barcelona por los nacionalismos prohibicionistas. Y la empresa Balañá, con Antonio Matilla como organizador de esta etapa final, ha confeccionado un broche de lujo, un adiós con tintes de funeral.
Las máximas figuras se unirán el fin de semana del 24 y 25 de septiembre en la Feria de La Merced. El día 25, el último domingo de toros en la Ciudad Condal —si el Constitucional no lo impide—, hará el paseíllo el torero que revitalizó la Fiesta en Cataluña, José Tomás, acompañado de Juan Mora y el estandarte actual del toreo catalán, Serafín Marín. Lidiarán una corrida de El Pilar. La tarde anterior, el sábado 24, se anuncia un cartel de tronío: Morante de la Puebla, José María Manzanares y El Juli, con toros de Núñez del Cuvillo.

El último samurai


24/08/2011 11:45

Hace treinta años Antonio Ordoñez hacía su último paseíllo de luces en la plaza de Ciudad Real. Espoleados por la vuelta a los ruedos de Manolo Vázquez y Antoñete, los cristales de la barriga del rondeño se pusieron a bailar la cumbia. "Pá maestro yo" -confesaba a sus allegados- pero una necrosis de cadera de la que meses más tarde se operaría en París, abortó su retorno.
Así son las figuras, no pueden soportar estar en el tendido mientras otros triunfan. Su soberbia, su orgullo torero están por encima de sus facultades. El toreo de José Tomás tiene dos referencias fundamentales, la sugestión de Manolete y la admiración por Ordoñez. En su soledad, JT ha tenido que rumiar faenas soñadas al tiempo que otros las realizaban en los ruedos. Nada da más fuerza al torero que sentirse superior, que pensar que nadie puede torear como él.
Por eso vuelven, dinero aparte. Después del retiro forzado, el torero cambia. Ejemplos tiene la historia. Arte, pasión y espectáculo no siempre coinciden. Después de cinco tardes, el gran público quiere ver al Tomás de la pasión, el espectáculo del héroe sublime, pero él quiere redimirse por el camino del arte, del bien hacer. La gente quiere sangre y atragantones... "Ni siquiera se ha dejado coger" comentaba algún energúmeno en Ciudad Real.
Como buen místico, busca el camino de la perfección, dejando a la masa ávida de sensaciones más fuertes. Al aficionado le basta con ver torear bien, pero el gran público quiere más y más. La suavidad mecida de los lances de recibo a su primero, sencillos y templados, podían firmarlos Domingo Ortega. Aquello más que torear, es limpiar el aire para que pase el toro. Los naturales a su primero tuvieron ussía, pero faltaba el toro.
No es José Tomás torero de medio toro, ni de plaza de segunda. Donde marca la diferencia es con el toro de verdad y en un marco donde la pureza se valore. Por lo visto, ya no quiere ser el novio de la muerte, entre otras cosas porque a la muerte de nuestros días no le van las relaciones formales. Tampoco el fakir de luces, con estoico desprecio al peligro y cierto deleite ante la cornada. Ningún día es bueno para morir, aunque sea en la plaza. Hay que vivir para torear.
Al último samurai le va a costar trabajo matar al monstruo que él mismo ha engendrado a base de arrimones. Ahora pretende torear como los ángeles, mientras la masa anhela las bajas pasiones que inspira el demonio. Si el divorcio se consuma, todos saldremos perdiendo.
FUENTE: http://www.burladero.com/