lunes, 26 de septiembre de 2011

Un ídolo llamado José Tomás

26.09.11 - 02:05 -
La última corrida de toros de Barcelona cumplió en emociones. José Tomás volvió a ser el torero especial, único, al que esta afición idolatra; y el paisano Serafín Marín cortó las dos últimas orejas en este coso, al toro 'Duda-Alegre', el del cerrojazo a la Monumental, de la ganadería de El Pilar, pesó 567 kilos y nació en marzo de 2007.
La corrida comenzó con una faena preciosista de un muy buen torero como es Juan Mora. El veterano artista de Plasencia sorteó en primer lugar a un astado manejable y noblote de Moisés Fraile. En el saludo de capote, Juan llevó metida a la res en los vuelos del capote, en verónicas en las que pareció parar el tiempo. Tras el puyazo, el toro embistió con buen son en el quite por verónicas, muy bellas, como bellísimo fue el comienzo de faena e muleta.
Juan Mora había brindado al público y con pases rodilla en tierra se salió al tercio. Allí templó en dos tandas con la derecha rematadas con pases de pecho que fueron pinturas. Torería y buen gusto caracterizaron el trasteo del extremeño. Tenía las orejas cortadas y pinchó. Con el cuarto hizo un esfuerzo. El de El Pilar embistió al paso, con la cara alta y sin gracia. Mora volvió a lucirse con el capote y dejó detalles de buen gusto en una faena que esta vez remató de una buena estocada. Pero el público esperaba a su ídolo. Y no defraudó. Muy delgado, José Tomás llenó la plaza desde que se abrió de capote. Toreó portentosamente a la verónica, con las manos bajas, jugando los brazos a compás y rematando en los medios con una media de locura. Luego vino un quite por delantales y una faena de muleta en la que no se puede torear mejor. El toro de El Pilar fue extraordinario y Tomás lo llevó a los medios en dos muletazos soberbios. Allí planteó una faena íntegramente realizada al natural. Lo bordó con cinco series de naturales a cual mejor. La plaza se convirtió en un manicomio y Tomás acabó su obra de arte con cinco molinetes, cargando la suerte, impresionantes. Además se tiró a matar de verdad. Se le pidió el rabo y un presidente torpe no lo concedió. La vuelta al ruedo fue apoteósica. Ante el quinto se la jugó sin ambages. Realizó un quite ajustado y tropezado por gaoneras y le aguantó los parones y las miradas a un astado complicado.
Serafín Marín sorteó un lote deslucido. Saludó a su primero con un capote pintado con la leyenda 'Libertad'. No pudo lucir en este, pero se aplaudió su esfuerzo y la manera de entrar a matar. Las dos orejas del último fueron muy sentimentales. La faena tuvo sus momentos por el pitón derecho, bajando al natural. Remontó Serafín y acabo por manoletinas, muy ajustadas. El espadazo fue de premio y la vuelta al ruedo fue muy triste, con el torero catalán llorando, besando la arena de su plaza. Numeroso público se lanzó al ruedo y sacó en volandas a la terna, para pasearla en hombros en loor de multitudes por la Gran Vía barcelonesa.

EL FESTEJO

Ganadería. Seis toros de El Pilar, bien presentados, de excelente juego el segundo y noblote el primero. Con fondo el sexto y faltos de raza el resto.
Juan Mora. (De verde y oro), dos pinchazos y estocada desprendida, ovación con saludos; estocada en lo alto, ovación con saludos.
José Tomás. (De catafalco y oro), gran volapié, dos orejas con fuerte petición de rabo y bronca a la presidencia; y dos pinchazos y entera contraria, aviso y ovación.
Serafín Marín. (De carmesí y oro), buen volapié, ovación con saludos; y estoconazo sin puntilla, dos orejas.
 

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