El Confidencial.- 25/09/2011 (20:56h)
‘Dudalegre’ entrará en la historia como el último toro que se arrastró hasta el desolladero en la arena de la Monumental de Barcelona. Atrás quedaron los gritos de ‘¡Libertad!’ en unos tendidos desbocados por le delirio de la última actuación de José Tomás, Juan Mora y el torero de la tierra, Serafín Marín, que empleó para la triste despedida un capote con los colores de la senyera por un lado y la silueta de un toro por el otro. La Monumental echa el cierre. Los tendidos llenos como nunca, con los reventa haciendo su agosto, y con 15 activistas fuera celebrando con cava la prohibición.
La tarde arrancó con ambiente de locura en las gradas. Tanto, que la faena de Tomás al primero de su lote fue un hervidero de gritos políticos, contra la prohibición y los antitaurinos, y en defensa de José Tomás, el torero de Galapagar que devolvió por un instante a la alicaída afición barcelonesa la fe en el milagro de que los toros no desparecerían de la ciudad. Vano intento. Los intereses políticos y partidistas se añadieron a una mala gestión de un empresario, Balañá, que pensó en hacer el negocio de su vida con una indemnización millonaria cuando se cerrara la plaza. Al final, CiU, como adelantó El Confidencial, le pagará con un ‘precio simbólico’.
El primero de José Tomás, segundo de la tarde, fue un delirio colectivo. Entre delantales, chicuelinas y un volapié hasta la bola, el maestro madrileño le cortó las dos orejas y el respetable pedía el rabo. La emoción se le contagió al alguacilillo que lo cortó sin el preceptivo permiso del presidente, que le obligó a devolverlo. Bronca para el palco por su ‘falta de sensibilidad’ al estropear el momento.
La tarde siguió por los mismos derroteros. Serafín Marín, el torero local que más ha sufrido en carne propia la prohibición, que participó en los debates del Parlament en defensa de la Fiesta y que ha recorrido las plazas de España con una senyera como capote y una barretina por montera, encontró su recompensa en el último de la tarde, al que cortó también los dos apéndices.
Los flashes de las cámaras, que no pararon de dispararse durante las faenas de los tres diestros, convirtieron los tendidos en un constante destello cuando José Tomás y Serafín Marín fueron sacados a hombros del albero de la Monumental. Los gritos en contra de la prohibición se multiplicaron entonces, con ERC, los animalistas, CiU y parte del PSC como principales destinatarios de las invectivas de los aficionados. La última tarde en la Monumental acababa. Se cierra el capítulo de los toros en la Ciudad Condal , si el Constitucional, donde está recurrida la ley, no lo impide.
En la calle, mientras los aficionados seguían llevando a hombros a sus ídolos, no había ni rastro de los animalistas, que antes del comienzo de la última corrida se habían juntado, no eran más de quince, para brindar con cava. Ahora, en teoría, el siguiente objetivo serán los ‘correbous’ (los encierros y vaquillas populares). Pero esa es otra historia, más que nada porque, dicen, la Fiesta es española y los ‘correbous’ tienen pedigrí catalanista. Cosas de la política.
FUENTE: http://www.elconfidencial.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario