TETÉ F. BALSEIRO Feria de San Lorenzo en Valladolid. La peña gijonesa del maestro José Tomás no dudó en desplazarse hasta allí para aplaudir a su ídolo, por mucho que éste nunca tenga un gesto hacia ellos, cosa que apena enormemente. Pero el maestro es así de especial y los gijoneses, que lo saben, no se lo tienen en cuenta.
La salida fue a las ocho de la mañana del Día de Asturias. En la sede de la peña, en la sidrería El Cartero, se habían reunido 70 personas, 56 de las cuales disfrutarían de la corrida, previo encargo de entradas mucho antes incluso de la feria gijonesa de Nuestra Señora de Begoña. Entre los aficionados, cómo no, el presidente de la peña, Guillermo Venta, y los organizadores del viaje: Alfredo Medina y José Luis Espina. No faltaron Maribel Suárez, Vidal Torres ni Dionisio Montero, de la peña Astur, ni el miembro más joven de cuantos siguen al maestro de Galapagar, Benjamín Bejarano, entre muchos otros.
Ni qué decir tiene que el ambiente reinante en Valladolid resultó espectacular y los alrededores de la plaza Mayor estaban abarrotados de turistas. Hasta había caras conocidas, como las de los empresarios gijoneses Luis Mitre y Baudilio Zapico, además de rostros del «cuché», como el de la modelo Nieves Álvarez, el ex matador Roberto Domínguez, apoderado de El Juli, o la madre y hermana de otro conocido diestro retirado, Rafi Camino.Y es que Mari Ángeles Sanz y su hija, Miriam Camino, forman parte de una peña taurina exclusivamente de mujeres, llamada «Las Damas de Elche». Cordial y amabilísima, Mari Ángeles aprovechó para mandar un saludo desde estas líneas a su amiga Maritina Medio, presidenta de la peña gijonesa Miguel Ángel Perera. «Este verano me invitó a una de sus fiestas, pero un ataque de gota me indispuso y no pude asistir. Desde aquí le mando muchos recuerdos y un fuerte abrazo», decía.
Volviendo al maestro José Tomas, decir que en Valladolid no lució como debía, lo que hace pensar a la afición que debería, o potenciar su forma física, o darse un prudente descanso. Y es que después de verlo en sus primera y quinta faenas del año, Tomás no deja de hacer estatuarias, pero no ejecuta ni transmite como antes.
De todas formas la excursión bien mereció la pena, no sólo por disfrutar de la plaza de toros y del fenomenal ambiente de Valladolid, sino por la opípara degustación de exquisiteces de la tierra que nos fueron servidas en el restaurante La Criolla, acertadísima recomendación de otro ilustre hostelero gijonés, Justo José, de Casa Justo.
FUENTE: http://www.lne.es/
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