domingo, 25 de septiembre de 2011

Gran faena de José Tomás y todos a hombros para finalizar

Zabala de la Serna | Barcelona
Actualizado domingo 25/09/2011 20:52 hora

El último paseíllo de la Monumental de Barcelona fue emotivo, triste y feliz. Una vez roto, la plaza se volcó con los toreros que salieron a recoger la ovación. Juan Mora, José Tomás y Serafín Marín se desmonteraron y sacaron a saludar a las cuadrillas. Emotivo momento.
José Tomás simplemente bordó el toreo a la verónica con una hondura lenta, cabal, parsimoniosa, ganadora del terreno. No acaban los lances cosidos y ligados de una especial profundidad zurda, que era la mano, el pitón, el dulce del toro de El Pilar, de soberbia clase y en principio suave fuerza. José Tomás toreó para la eternidad al natural en la monumental. La faena entera como aquel toro de Puerto de San Lorenzo del 99 en Madrid. Pureza y enganche; muletazos de muñeca e inconmesurable acabado. Una prolongación del alma. Tan sereno y cautivador. En la media distancia generoso. A placer el toreo. Un cambio de mano por detrás para volver a la zocata. Y una cadena de molinetes que arrancaban en trincheras, con la suerte cargada y la embestida abrochada. Un delirio, una belleza. Como el prólogo hacia los medios tan mecido y suave. Perfecto también el cierre y la estocada fulminante. Dos orejas. Petición de rabo. Que se creyó concedido y se volvió a tirar. Daba igual, pero no tanto. La vuelta al ruedo sonaba a apoteosis final. Solera y parsimonia en el paso.
Juan Mora contó con un toro que hacía el avión por el pitón derecho. A pesar de su altura, decolgaba inesperadamente la embestida del pilarico. De más a menos. Torería en el inicio de rodilla clavada de Mora. Desmayado en el desprecio. A veces predominó la impresión que falto guia y enganche en los que duró que no fue mucho y lo suficiente para que si Juan mata se hubiera cobrado una oreja quizá. Le faltó recorrido al cuarto, que se quedaba en la cadera de Mora. Noblón y muy soso. Juan añejo y resolutivo.
Serafín Marín sacó un capote como lienzo de María Franco. Reivindicativo en el reverso. Banderas de España y Cataluña y un toro en la bamba. Y la palabra Libertad. Noblote el toro de El Pilar pero sin transmisión tal vez para que la faena fundamentalmente diestra del último torero catalán trepara por los tendidos. Cerrada a izquierdas la embestida. O negada.
Fue la última faena de José Tomás en Barcelona faena de inteligencia y administración. Un quinto de justa potencia y poder toreado a media altura, la muleta retrasada, el temple por bandera y la colocación muy cruzada para provocar la arrancada que se resistía a la repetición. En esa media altura embestía el toro, que murió de dos pinchazos y estocada. JT recogió, o tributó, una ovación en los medios. El torero aplaudía a la plaza que lo ha adorado durante años.
'Dudalegre' se llamaba el último toro de Barcelona. De El Pilar. 567 kilos. Nacido en marzo de 2007. Muerto a manos de Serafín Marín. Poca bravura para cerrar de Monumental. Pero buena mano derecha. Marín halló ahí la veta. Y salvo en un oasis seco al natural se entendió bien. Y cerró por manoletinas apasionadas. Y con una estocada soberbia que le valió las dos orejas. Y la última salida a hombros. Llorando Serafín. Y también Juan Mora por la puerta grande.

Ficha: Monumental de Barcelona. Domingo, 25 de septiembre de 2011. Lleno de 'No hay billetes'. Toros de El Pilar, serios y bien presentados; noble y bueno el altón 1 por el derecho; de mucha clase el 2 por el izquierdo; noblón el 3; sin viaje pero manejable el 4; de sosa embestida el 5; notable por el derecho el 6.
Juan Mora, de verde botella y oro. Dos pinchazos y estocada (saludos). En el cuarto, estocada desprendida (saludos).
José Tomás, de negro y oro. Estocada fulminante (dos orejas y petición de rabo). En el quinto, dos pinchazos y estocada. Aviso (saludos en los medios).
Serafín Marín, de rioja y oro. Estocada caída (saludos). En el sexto, gran estocada (dos orejas). Salió a hombros con José Tomás.

FUENTE: http://www.elmundo.es/

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